Wikimedia es un movimiento global cuya misión es llevar contenido educativo gratuito al mundo. A través de varios proyectos, capítulos y la estructura de apoyo de la Fundación Wikimedia sin fines de lucro, Wikimedia se esfuerza por crear un mundo en el que cada ser humano pueda compartir libremente la suma de todos los conocimientos.
Así se presenta Wikimedia en su portal principal, congregando en este movimiento una diversidad de proyectos que alientan la participación colectiva en la construcción y divulgación del conocimiento. Una de las bases que fundamenta esta organización es la participación instalada ampliamente en el marco del fenómeno web 2.0: una plataforma abierta para las contribuciones, y en torno a la cual se crea comunidad (Pagola, 2016).
Sin embargo, al igual que ocurre en otros espacios de activismo digital en general, y de software y cultura libre en particular, la participación de las mujeres alcanza un bajo porcentaje. Por ejemplo, en el caso de Wikipedia, los primeros datos estadísticos – relevados en 2010– mostraron que las mujeres que escribían contenido en la enciclopedia apenas alcanzaban el 13%. Este fenómeno puede comprenderse como una manifestación específica de la llamada brecha digital de género, donde entran en juego tanto los recorridos y trayectorias diferenciadas en cuanto a la socialización primaria de varones y mujeres, así como las dinámicas de trabajo virtual, los mecanismos de intercambio y retroalimentación, que muchas veces repelen la participación de las mujeres.
Esta brecha de participación tiene también su correlato en la brecha de contenido con perspectiva de género. Siguiendo a Pagola,
en muchos casos, el problema no radica en el contenido existente, sino en el ausente: tanto en las biografías, los datos faltantes o considerados irrelevantes, o carentes de fuentes, así como en las discusiones, luchas, disputas, críticas, aportes de las mujeres en los diferentes campos de conocimiento. (2016: 5)
Es decir que, si bien no es posible ni deseable establecer una relación causal entre la edición de los varones y contenidos sexistas, resulta evidente que los temas de interés para la igualdad de géneros, las experiencias de las mujeres a lo largo de la historia y en la actualidad, sus modos de conocer y pensar el mundo, no están presentes en igual medida que otros temas asociados a las experiencias y formas de conocimiento de la masculinidad hegemónica.

“Desde la comunicación visual también podemos luchar”
Con esta preocupación de ampliar y mejorar el contenido y la perspectiva de los artículos, Wikimedia ha ideado e implementado distintas iniciativas como las Editatonas, “reuniones donde se edita y crea contenido para Wikipedia escrito por mujeres sobre mujeres, este ejercicio ayuda a eliminar estereotipos de género en Internet como hablar de la cantidad de hijos de una mujer o ¿de quién es esposa? y no de sus méritos profesionales” (Contreras, 2017: 17). También, a nivel global, se encuentra vigente el concurso “La mujer que nunca conociste”, proyecto que invita a participar en la traducción y edición de artículos sobre mujeres que no están en Wikipedia, con el propósito de: a) mejorar el contenido en Wikipedia referido a mujeres, y b) mejorar la calidad de Wikipedia incorporando la perspectiva de género en la edición.
Entre estas iniciativas, el pasado mes de febrero, Titi Nicola – colaboradora activa de Wikimedia – lanzó en su cuenta de Twitter la propuesta de contribuir al repositorio de Wikimedia Commons con registros audiovisuales de las movilizaciones que tuvieran lugar en el Paro Internacional de Mujeres. Entre las motivaciones, destaca Titi la necesidad de “centralizar todo ese material, donde las imágenes puedan ser reutilizadas y sobre todo, que puedan reflejar la diversidad de miradas, un registro verdaderamente colaborativo”.
Este interés de crear y contribuir a un repositorio parte de una mirada crítica de los medios y formatos de comunicación hegemónicos. Explica Montserrat Boix que incorporar la perspectiva de género a la lectura y análisis de la información y la comunicación, nos invita a preguntar sobre los datos disponibles y a quién interesan estos datos. Y más concretamente, “¿como enfrentarnos al problema histórico de la invisibilidad de las mujeres? ¿existen datos sobre temas referidos o de interés específico para las mujeres?” (2013: 3).
Asimismo, la propuesta constituye una apuesta a la sororidad digital en tanto habilita un espacio para acompañarse y compartir experiencias, saberes, aprendizajes: “Internet nos ofrece una herramienta que nos permite estar juntas, es decir, desde Internet se difunde un valor primordial del feminismo: la sororidad, que permite identificarnos y descubrirnos en nuestras luchas” (Contreras, 2017: 16). Las redes sociales, que son escenario de ataques y múltiples violencias perpetradas hacia las mujeres, pueden ser también re-apropiadas y re-significadas como una herramienta que contribuye a desafiar los monopolios de la información a la vez que tender redes para la construcción colectiva. “Desde la comunicación visual también podemos luchar. El #ActivismoVisual nos necesita organizadas, y sobre todo juntas”, invita Titi.

“Ocupar los espacios colaborativos de conocimiento”
Esta experiencia plantea ir más allá de la problemática del acceso para situarse en la emisión de la información como derecho, en tanto la invitación está dirigida a promover e incrementar la participación activa de las mujeres, ya no sólo como consumidoras, sino fundamentalmente como productoras de información. En otras palabras, se trata de habilitar y visibilizar a las mujeres “como fuente de información” (Boix, 2013). Y el medio para potenciar este rol son los recursos audiovisuales: “La imagen hoy es una herramienta indispensable: para visibilizar, para refutar las miradas negativas, para documentar, para relatar, para mostrarnos, para narrarnos…”.
De esta manera, la iniciativa apunta a construir y ampliar los contenidos con perspectiva de género, a la vez que promover una mayor participación de las mujeres en los espacios de construcción de conocimiento libre. En este sentido, anticipa Titi en su propuesta que “es fundamental que cada una pueda empoderarse usando la herramienta [Wikimedia Commons], ya que es importante que cada una suba su propio material”, acompañando su publicación con tutoriales para iniciarse en el uso de la plataforma.
La invitación a contribuir con el repositorio no queda en una mera intencionalidad discursiva: fomenta el aprendizaje y la autonomía, incentivando una participación real y sostenida. Al mismo tiempo, tiene un especial énfasis en la importancia de que estos registros audiovisuales cuenten con licenciamiento Creative Commons de manera que “las imágenes puedan ser reutilizadas. (…) ¿Que significa que una obra sea libre? Significa que cualquiera puede usarlas y compartirlas. Usualmente citando al autor y preservando la licencia para que otres puedan compartirla”.
Así, la propuesta se enmarca en el modelo de construcción de la sociedad del conocimiento que describe Boix (2013) en tanto favorece la independencia tecnológica, la solidaridad y la cooperación, la libertad y la igualdad de derechos, donde el objetivo primordial es la democratización del conocimiento, sin restricciones, común y colectivo. Este modelo ético, sostenible, participativo y plural “se está desarrollando ya, basado en la tecnología libre con Software Libre y el Conocimiento Libre. Y cuyos elementos son indispensables si pensamos en un modelo feminista de desarrollo de la llamada Sociedad del Conocimiento” (Boix, 2013: 5).

A modo de cierre
La respuesta no se hizo esperar: hasta el momento ya se han subido más de 1100 fotos a Wikimedia Commons en la categoría Segundo Paro Internacional de Mujeres (Santa Fe – Argentina). La iniciativa también ha tenido gran repercusión en las redes sociales y en varios periódicos y portales de noticias. A su vez, a la propuesta inicial, luego se sumaron registros audiovisuales de otras movilizaciones como el Día de la Visibilidad Lésbica, Día de la Promoción de los Derechos de las Personas Trans, Pañuelazos por el Aborto, entre otras.
Para finalizar, con un claro posicionamiento frente a la democratización del conocimiento, la iniciativa recupera de las primeras expresiones ciberfeministas de las décadas de los ‘80 y ‘90 la conjugación del arte con la tecnología:
La práctica ciberfeminista se caracterizó entonces por los continuos intentos de evitar inscripciones y metodologías propias de una lógica logocéntrica del discurso, de lo que se derivaba un constante rechazo a su autodefinición. El ciberfeminismo necesitaba sortear las dificultades derivadas de las restricciones y herencias patriarcales con actitudes creativas hacia el territorio Internet y hacia su propia articulación feminista. (Zafra, 2011: 127)
Otros lenguajes, otra metodología, otras prácticas se vislumbran como uno de los caminos posibles para incrementar la participación de las mujeres, para incorporar la perspectiva de género en los contenidos y para contribuir, en última instancia, a una Internet feminista.

Bibliografía:
Boix, M. (2013). “Una mirada a la Comunicación desde la perspectiva de género y el activismo feminista”. Mujeres en Red. El periódico feminista.
Contreras, A. (2017). “Feminismo Digital: una propuesta para una internet incluyente”. En: Angélica Alves, G., Goberna, A. y Fratti, S. (Org.) Análisis de una Juventud Conectada: Gobernanza de Internet.
Pagola, L. (2016). “Perspectiva de género en espacios de construcción colectiva del conocimiento en entornos virtuales: la brecha de género en Wikipedia”. VI Coloquio Interdisciplinario Internacional Educación, Sexualidades y Relaciones de Género / IV Congreso Género y Sociedad. Universidad Nacional de Córdoba.
Zafra, R. (2011). “Un cuarto propio conectado. Feminismo y creación desde la esfera público-privada online”. Asparkía. Investigación feminista (22), 115-129.
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